“Desde que cayó el SIN (con Montesinos) no ha sido muy lineal nuestra política de inteligencia, hay mucha inestabilidad en general: hemos tenido 14 jefes de inteligencia desde el 2000 al 2018, en el mismo periodo hemos tenido 3 normas legales, comisiones reformadoras y muchos escándalos en todos los procesos y todos los periodos”, sostuvo en diálogo con El Informativo Andrés Gómez de la Torre, ex director de la escuela nacional de inteligencia.

Para Gómez de la Torre el clima de inestabilidad que gobierna a la DINI (Dirección Nacional de Inteligencia) es producto de la desconfianza que los gobiernos de turno tienen respecto a las funciones de dicho organismo, pues se cree que al fortalecer su accionar se estaría generando una suerte de poder paralelo.

“Es decir: el efecto montesinos aún tiene eco”.

Sin embargo, agregó, aunque el temor es justificado, este no puede ser excusa para no dotar a la DINI de “uñas más largas” que le permitan una mejor performance, pues la situación actual ha demostrado que así se amerita.

“El nuevo senderismo y su capacidad de mutar es un tema fundamental para la acción de los servicios de inteligencia. La DINI debe tener uñas más largas”, precisa.

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