“Sí se puede” gritó todo el Perú el 19 de diciembre del 2003, cuando el Cienciano del Cusco triunfó en el estadio de la UNSA (Arequipa) y se coronó campeón de la Copa Sudamericana. Pese al mal momento que atravesaba el fútbol peruano, este logró significó para el país volver a ser un referente internacional.

La campaña de los ‘Imperiales’ inició derrotando a Alianza Lima en la primera fase. Cuando pensaron que ese humilde equipo no llegaría a más en un campeonato sudamericano, Cienciano hizo caer a grandes, como la Universidad Católica de Chile, el Santos de Brasil, y el Atlético Nacional de Colombia.

Contra todo pronóstico y bajo la mirada sorprendida del mundo entero, los dirigidos por el fallecido Freddy Ternero llegaron a la final frente a River Plate de Argentina. La ida se jugó en Buenos Aires, y los cusqueños lograron empatar 3-3 con goles de Germán Carty y Giuliano Portilla.

El partido decisivo se disputó en el estadio de la Universidad San Agustín de Arequipa, ya que el Garcilaso de la Vega de Cusco no contaba con la capacidad necesaria para albergar una final. Todo el Perú se vistió del rojo cusqueño y unido gritó al ritmo del “upa upa papá”. Esa noche del 19 de diciembre del 2003, el país entero se conmocionó con el gol de Carlos Lugo, que marcó de tiro libre el 1-0 ganador.

El siguiente año, Cienciano agrandó su palmarés, al derrotar por la Recopa Sudamericana a Boca Juniors. De aquello solo queda el recuerdo, pero demostró que la perseverancia puede lograr grandes cosas. Y a pesar de que hoy el equipo cusqueño juegue la segunda división, nada es imposible.

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