“Como dicen los poetas: ‘las obras quedan, pero los hombres pasan’. Él nos ha dejado muchas vivencias en el campo musical que queremos seguir compartiendo con su público”, manifestó José Guardia, hijo del reconocido cantautor y charanguista Jaime Guardia a quien recordamos en Tierra que canta.

José Guardia contó cómo fue la relación con su padre y el legado que ha dejado a las nuevas generaciones al recordarlo en lo que sería su onomástico número 88 .

“Era un padre estricto, pero ya siendo adulto nos tratamos como compañeros porque veníamos del mismo camino musical y él era como un guía. Siempre recomendando que si nos dedicamos a la música debíamos hacerlo bien, con cariño y mucha pasión”, mencionó.

La música siempre ha sido parte de la familia Guardia, su hijo recuerda cómo su padre desde la niñez aprovechaba cada momento para poder cantar mientras iba paseando con los carneros. O cómo sus primeros charangos los construía a modo de juguetes y aprovechaba el ingenio para poder suplir las carencias, usando las tripas de gato como cuerdas del instrumento.

Es así que la Villa de Pausa se convirtió en la cuna para el desarrollo musical de Jaime  y es este legado el que viene guardando su hijo más aún ahora que son pocos los músicos que  influencia en la música de Pausa y dejan de lado la idiosincrasia que impartía Jaime, de conservar el yaraví. En tal sentido, la cofradía del charango recoge las inquietudes de Jaime Guardia e imparte la esencia de la música ayacuchana, conservando su trabajo con el charango.

“Todos venimos de distintas visiones y vertientes musicales, pero ello no debería ser excusa para dejar de lado nuestra propia historia musical, tomemos de ejemplo nuestros países hermanos y cultivemos nuestra música. No solo en cuanto a los ritmos sino a la manera también de grabar”, enfatizó en Nacional.

Puedes ver la entrevista aquí https://fb.watch/3I15eZf1NB/