“A nivel colectivo, se ha activado un miedo que no tiene evidencias y se sustenta en mitos. La gente ha tenido un miedo contenido que si bien no se ha visto en las calles, sí lo hemos visto a través de redes sociales. Por un lado, estaba presente el fantasma del terrorismo y la actual situación de Venezuela y, por el otro, el fantasma de la corrupción”, indicó el psicólogo Ítalo Arrúe.

En diálogo con Qué Hacer, el especialista indicó que además del impacto de la pandemia y la crisis financiera, las elecciones han sumado una preocupación más a la población peruana. Señaló que un síntoma de esta contienda ha sido la discriminación racial y cultural.

“El problema del racismo ha estado presente siempre. Al inicio la discriminación era racial, pero luego mutó hacia una discriminación cultural porque se ha caído en el ‘choleo’, asociando esta práctica a la figura del candidato Pedro Castillo. Eso lo vemos también en el cuadro de votación, en donde las regiones de la costa votaron por la candidata Keiko Fujimori y las regiones del sur por Pedro Castillo”, sostuvo.

Finalmente, señaló que para más de la mitad del país estas elecciones significaron la posibilidad de un cambio estructural interno en el que los peruanos aprendan a aceptar su lado más autóctono y sean conscientes que desarrollo no solo significa PBI, sino también equidad.

“Es importante desarrollar una autoestima colectiva, pues el peruano no acepta su lado autóctono e indígena. Muchos peruanos se sienten bien cuando logran algo que no los hace sentir peruanos. Hay que asumir los lados que rechazamos y negamos como peruanos porque es el primer paso para salir adelante”, explicó.