Agresivos, irritables, demandantes son algunas de las características del cambio de conducta y personalidad que se marcan en una persona diagnosticada con Alzheimer, una realidad que a veces no es atendida con prontitud por los familiares de quienes la padecen empeorando sus síntomas como la pérdida de la memoria y otras funciones físicas.

Así explicó la psicoterapeuta, Ida Alfaro Molina, en Qué hacer al tiempo de lamentar que nuestra sociedad aún no considera al Alzheimer como un problema latente. "Visibilizar los signos de alerta de los adultos mayores permitiría un temprano diagnóstico para una atención especializada", mencionó.

“Hay familias que, en lugar de darles un apoyo, los rechazan, rechazan las conductas sin conocer que el cambio en estas personas se da de forma paulatina, a veces no se quieren bañar, no tienen energía, se deprimen, lo que genera un estrés en la familia por no saber cómo atenderlo”, precisó Alfaro.

La especialista consideró que el manejo de las emociones para sobrellevar la enfermedad permite adaptarse a la problemática de la persona.

“No podemos reprochar la conducta de la persona con Alzheimer porque para ellos es su verdad y la familia actúa de forma inadecuada, entrando en un enfrentamiento con el paciente y hasta en muchos casos los desconectan del sistema familiar lo que genera un daño mayor” finalizó.

D.B.D.