“Hace mucho tiempo no visitaba la radio”, fue lo primero que dijo al llegar a las instalaciones de Nacional. Entonces, el concierto de fotos y saludos no se hizo esperar, señal de que el gran Héctor Chumpitaz Gonzáles estaba nuevamente entre nosotros.

Socorro Sampén lo recibió en Qué fue de tu vida y rápidamente se fundieron en una charla que dejó más de una revelación sobre la trayectoria del hombre que más identificación ha tenido con la blanquirroja. Aquel que tiene la admiración de grandes y chicos.

“El estudio no se podía dejar, pero nosotros trabajábamos en la época de vacaciones. Había trabajo para estudiantes. Y también había tiempo para hacer un partidito”, cuenta el Capitán de América sobre sus primeros contactos con el fútbol en la Hacienda Santa Bárbara, en su natal San Luis de Cañete.

Respecto a sus inicios como futbolista profesional, recordó su paso por Deportivo Municipal, donde el máximo ídolo edil, Tito Drago, fue el referente que lo recibió en aquel momento: “Era entrenador y jugador. Ya tenía su edad, pero en su vida privada se cuidaba muy bien porque jugaba con nosotros y yo recién empezaba”.

Tras ese destacado paso por Municipal, recaló en Universitario de Deportes, donde fue campeón 5 veces y logró un subcampeonato en la Copa Libertadores en el año 1972, cuya final perdieron contra Independiente de Avellaneda. “El problema fue que no ganamos acá, empatamos 0-0, entonces fuimos a Argentina en desventaja. Cuando uno juega Copa Libertadores, si le toca de local, tiene que sacar ventaja en su cancha”, aseveró sobre aquel recordado encuentro.

Si de directores técnicos hay que hablar en la carrera de Chumpitaz, Marcos Calderón es uno que definitivamente marcó su andar futbolístico, pues lo dirigió en la U, Sporting Cristal y la Selección Peruana. “A la hora de entrenar y en la cancha era fuerte de carácter, pero afuera era buena persona, buen amigo”, dijo sobre el entrenador más exitoso de la historia del fútbol peruano.

Haber disputado dos Mundiales con Perú, haber ganado una Copa América y haber logrado que su apellido inspire respeto cada vez que se le menciona, es motivo de sobra para recordar siempre la intachable trayectoria dentro y fuera del deporte de un emblema del futbol peruano como lo es Héctor Chumpitaz Gonzáles.