Nuestro país es productor de diversas variedades de alimentos; sin embargo, nuestros agricultores no cuentan con las condiciones adecuadas para laborar. Previo al Día del Campesino, La Voz del Consumidor explicó las dificultades que atraviesa el agro peruano para lograr su desarrollo.

“El Perú es un país de pequeños y medianos productores. Según el Censo Nacional Agropecuario (CENAGRO), 2 millones 200 mil agricultores que tienen menos de 5 hectáreas, pero ellos garantizan la seguridad alimentaria del país. Aportan con el 60 % o 70 % de la comida, porque las grandes empresas están mirando el mercado externo que tienen otra lógica”, argumentó el representante del Consorcio Agroecológico Peruano – CAP, Luis Gomero.

Pese a que nuestro país alberga a un gran número de personas que se dedican a la agricultura como principal actividad económica, los productos agrícolas que llegan a nuestros hogares no son totalmente naturales ni saludables. Y es que la principal causa es la situación económica paupérrima y el abandono por el que pasan los campesinos peruanos.

¿Cuáles son los problemas que atraviesa el agro nacional?

“No han recibido asistentica técnica, solo el 7.5 % recibe asistencia técnica. No tienen acceso al crédito ni a los mercados. No tienen herramientas suficientes para hacer la transformación. (…) En esa coyuntura, cuando uno mira los índices de desarrollo humano en el campo se verá que hay mayor déficit, ser agricultor es sinónimo de ser pobre”, comentó Gomero a Nacional FM.

De esta forma explicó la marginación con la que son tratados los agricultores, y por esta razón, muchos de ellos dejan sus tierras por buscar otro camino en la ciudad. Sobre todo son los más jóvenes los que dejan el campo. Los mayores siguen haciéndose cargo esta actividad recurriendo a la tecnología que encuentran a su alcance, aunque esta no sea la mejor para sus productos de consumo.

“Según el cuarto CENAGRO, alrededor de 700 mil hectáreas son tierras abandonadas en el país. Los agricultores buscan lo más concreto, la tecnología que está a la mano. Y terminan produciendo alimentos con uso excesivo de agroquímicos, porque ese vacío ha sido llenado por empresas de agroquímicos” agregó el representante del CAP.

“Ante esta situación de abandono, los propietarios de las unidades productivas, especialmente valles costeros, están alquilando la propiedad a los potenciales inversionistas, que son los que tienen puestos en mercados más importantes de los departamentos, como el de Santa Anita. Ellos son los que controlan la producción, ellos deciden el modelo tecnológico a utilizar. Eso es muy peligroso”, detalló.

Los agroquímicos son tóxicos para los alimentos, pues son los insumos químicos sintéticos que se usan en los cultivos, entre ellos encontramos a los fertilizantes y, el más nocivo, plaguicida. Los agricultores se ven obligados a utilizar estos productos para poder rescatar sus cultivos de la forma más accesible, y así sobrevivir económicamente, ya que esta es su principal fuente de subsistencia.

¿Cómo solucionarlo?

Además de la atención que el Estado debe poner en este gran y vital sector de nuestra sociedad, se debe supervisar los productos que llegan desde el campo antes de ingresar a los grandes mercados de todo el país. “Tiene que haber un sistema de vigilancia a los grandes mercados. El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) tiene un laboratorio ya equipado, pero tienen que investigar. Si Senasa pone orden, el agricultor o los que están en la cadena tendrán mucho más cuidado”, concluyo el especialista.

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