A raíz de la escasez de mascarillas a causa del brote del nuevo coronavirus, los hongkoneses empezaron a fabricarlas ellos mismos o, incluso, a abrir talleres especializados.

Cada vez que las farmacias de la ciudad, una de las más pobladas del mundo, reciben un cargamento de mascarillas, se forman inmensas colas de clientes, ansiosos por conseguir una.

El precio de las mascarillas se disparó a causa de la escasez y de la negativa del gobierno a regular los precios o a racionar las existencias, algo que también ocurrió en Macao y en Taiwán. 

Lo que llevo a algunos a fabricárselas ellos mismos, aunque algunas son de dudosa calidad. Judy, una mujer de 73 años, lleva una mascarilla casera. 

"Encontré el material --mi pañuelo y algunos retales--, los combiné y usé un poco de alambre para la parte de arriba y un poco de goma", explicó, negando a dar su apellido. En una calle del distrito de Sham Shui Po, que cuentan con negocios de telas y sastrería, también fueron muy reactivos. 

Muchos de los ciudadanos exhiben coloridas mascarillas de tela, mientras que los vendedores aprovechan, trabajando en sus máquinas de coser.

/AB/Andina.