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Selenco Vega, Premio Nacional de Literatura 2019, revela cómo nace 'El japonés Fukuhara'

0:28 h - Sáb, 14 Dic 2019

Escribir es una forma de liberar el alma. Selenco Vega sufrió la pérdida de un ser central en su vida: su padre. Por más que quiso llorar su muerte y consolar su adolorido corazón, no pudo derramar una sola lágrima. Solo escribiendo un relato sobre él pudo desahogarse de aquella pena que no se aplacaba con nada.

Hoy, El japonés Fukuhara, una historia que nace de una relación real entre su padre y la cultura japonesa, lo ha llevado a ganar el Premio José Watanabe Varas 2016 y el reciente Premio Nacional de Literatura 2019. Selenco Vega estuvo en Entrelibros con César Bedón y compartió muchas de las motivaciones sentimentales, ligadas a su familia, que lo llevaron a escribir este cuento de una forma tan intimista y a la vez conmovedora.

“Este cuento está profundamente ligado a un acontecimiento real, doloroso, que todas las personas debemos vivir en algún momento, que es la muerte del padre. (…)Creo que El japonés Fukuhara fue el llanto que yo no pude arrojar, son las lágrimas que no pude dedicarle a mi padre. Este cuento fue el llanto que me permitió liberarme de la muerte del padre”, contó en Nacional.

Aunque el nombre del cuento esté directamente relacionado a un japonés, el padre de Selenco no lo fue, tampoco descendiente. Él fue ancashino, al igual que su madre. Las raíces del escritor se remontan a Carhuaz y Pomabamba. A Lima, trajeron sus costumbres, tradiciones e historias fantásticas, las mismas que terminaron acercando a Selenco con la literatura.

“Mis inicios en la lectura, más que como lector, fueron como escucha. Soy hijo de provincianos, de inmigrantes de la sierra de Áncash, de Carhuaz, de Pomabamba. Las personas mayores vinieron a Lima con sus historias a cuestas. En mi familia fueron buenos contadores de historias, especialmente las mujeres. En noches de apagón, a la luz de las velas, llenábamos la mesa con estas historias, contadas por esas personas que rescataban esa tradición que se viene perdiendo. Creo que ahí nació mi fascinación por la literatura”, compartió.

La cultura japonesa fue una parte importante en la vida del padre de Selenco. La relación que él mantuvo con comerciantes japoneses y descendientes de japoneses lo acercó a conocer más de la historia de los nikkei en el Perú, retratada en el cuento de Selenco Vega.

“La cultura japonesa se convirtió en algo muy importante para mi papá. Esa cultura propia que traía de los andes, esa forma de pensar y ser se complementó muy bien con la cultura japonesa. (…) Cuando llegaba de una larga faena, no llegaba agotado, sino feliz por haber cumplido, y decía: ‘He trabajado como japonés’”, expresó junto a César Bedón.


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