El caso de Eyvi Ágreda, joven quemada por su acosador en un bus público en Miraflores, ha causado indignación esta semana y vuelto a poner en debate el tema de la salud mental en el Perú. Y es que diversos especialistas consideraron que el accionar del agresor de Ágreda tiene tintes de desequilibrio mental.

En ese marco, y al ser consultada sobre si determinados cuadros psicológicos pueden ser cambiados, la psiquiatra Giovanny Rivera sostuvo:

“No somos seres humanos marcados para la desgracia, (…) la idea de la salud mental es que siempre se puede recanalizar. Si tuve una infancia difícil no necesariamente voy a acabar deprimido, delincuente o asesino (…), en la adolescencia todavía puede ocurrir algo que enrumbe (mi salud mental). Digamos que en la adolescencia tampoco pude, en la juventud todavía se puede cambiar”.

De similar opinión fue el psiquiatra Francisco Bravo, vicepresidente de la Asociación Psiquiátrica Peruana – APP, para quien “un sector sumamente importante para detectar problemas psicológicos es la familia”.

“La familia es el ente que está dándose cuenta de lo que ocurre con uno de sus miembros”.

Asimismo, “debemos quitarnos el mito de que al psicólogo va el que está mal de la cabeza. Buscar atención en salud mental habla bien de la persona, hay que estar bien cuerdo para buscar ayuda, porque eso conlleva a una relación interpersonal más saludable”, agregó Rivera.

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