Cultural

Pilar Winkelried, la “gorgojera” de Huayaringa

/Difusión/
16:28 h - Lun, 14 Nov 2022

Hace cinco años que Pilar Winkelried, beneficiaria de Pensión 65, convive y cuida con mucho ahínco a sus gorgojos chinos; y es que en ese mismo lapso de tiempo fue diagnosticada con gastritis crónica y úlceras gástricas, lo que no le permitía recibir alimento ni agua y la llevó a bajar mucho de peso.
Su mal estado de salud preocupó a uno de sus familiares, que le recomendó consumir gorgojos chinos para curarse. Doña Pilar no lo pensó dos veces y empezó con el tratamiento acompañada de estos insectos.

“Me encomendé a Dios y empecé a probar los gorgojos chinos durante las noches en ayunas por un año. El resultado fue como un milagro, empecé a comer con normalidad e incluso los médicos vieron mi caso con incredulidad porque asumían que ya debía estar enterrada”, cuenta con asombro.

Vayamos a los estudios científicos. Hasta ahora los beneficios curativos de este insecto no están comprobados por la ciencia, pero cada vez hay más adeptos e interesados que deciden probar el tratamiento alternativo ante las recomendaciones y buenos resultados.

“El primer día comes uno, el segundo dos y así sucesivamente hasta el día setenta. A partir de allí la ingesta disminuye. Recomiendo hacerlo antes de dormir o en ayunas, porque en ese momento los gorgojos cicatrizan heridas y comen todo lo podrido en el estómago. Las personas sin enfermedades diagnosticadas no deben consumirlos”, detalla.

La señora Winkelried, apellido de origen suizo como nos relata, también tiene otra pasión que es la confección. Hace dos años comenzó a estudiar esta actividad en un Centro Técnico Productivo (Cetpro) en Chosica, donde ya conoció a un grupo de chicas con las que busca iniciar un nuevo emprendimiento a mediano plazo.

Además, gracias a la intervención de Saberes Productivos de Pensión 65, dictó clases de tejido por un mes en la I. E. Mercedes Cabanillas, donde afirma que percibió una satisfacción única cuando los estudiantes la llamaban profesora.

Y es que Doña Pilar a sus 71 años es incansable, luchadora, valiente y todo lo hace siempre con una sonrisa en el rostro porque tiene a Dios de su lado, como ella misma asegura.

/AB/NDP/LD/


Las más leídas

Lo último

Peruano opina